Estos días que estuve en Medjugorje fueron de gran enseñanza para mí. Cada Rosario, cada Misa, cada subida al Monte de la Apariciones, cada encuentro con amigos, con peregrinos, con sacerdotes... en fin cada paso que daba en ese lugar Santo penetró hasta lo más íntimo de mi corazón.
Creo que logré entender un poco lo que la Virgen pide con insistencia: “Orad con el Corazón hasta que la oración se convierta en alegría”
En una de las charlas a las que asistí, el sacerdote hablaba de la humildad de San Juan Bautista y me pareció tan acertado el tema para mí, que lo tuve que meditar en lo que quedaba de mi estadía.
Decía el sacerdote que San Juan Bautista reconoce a Jesús con humildad y reconoce también que su tiempo ha pasado y que debe de mandar a sus discípulos para que sigan a Él. Les dice: “Ya verán lo que pasa con Él, verán con sus propios ojos y no les quedará duda, verán milagros”.
Esto me hizo reflexionar mucho en la vida de nuestra familia: Superman, Elena, Valeria, Marco y un bebé en el Cielo: Mariano José, que nos cuida e intercede por nosotros en todo momento, ¡No me cabe la menor duda!.
Fuimos a Medjugorje por primera vez en Mayo del 2012, un día y medio en ese Santo lugar y nuestra vida cambió radicalmente. No puedo contarles nuestro testimonio en este blog, pero si me queda claro que cuando reconocemos a Jesús como lo hizo San Juan Bautista, y dejamos de colocar entre Dios y nosotros intermediarios como el dinero, la droga, el materialismo, el consumismo, la soberbia, el egoísmo y tantas cosas... (cada uno haga su examen de conciencia), DIOS HACE MILAGROS IMPRESIONANTES. Nosotros hemos sido testigos de tantos que podríamos escribir un libro. Vivir la vida con Jesús, María, José y todos los Santos es una aventura increíble, cada día es distinto y lleno de nuevos retos, nunca te aburres porque Dios siempre te sorprende. ¡Jamás pensamos que la vida con Dios pudiera ser tan activa! llena de cosas y de personas maravillosas que nos llevarán a la eternidad. Dios apartará de nosotros todo lo que no abone o arriesgue nuestra llegada al cielo, y nos pondrá las pruebas que nos hagan crecer en santidad; no es fácil aceptar esta parte, pero si logramos pasar las pruebas poco a poco iremos descubriendo a ese DIOS VIVO que no nos abandona y que nos ama con locura infinita.
En la oración encontraremos el camino a seguir y le daremos a Dios la posibilidad de utilizarnos para que ÉL pueda hacer el resto con las personas que lo necesitan o que aún no conocen Su Amor. No olvidemos que puede ser que nosotros seamos lo único que algunas personas vean de Dios.
Les seguiré contando…
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