Ayer tuve la oportunidad de participar de una misa hermosa, en español, de un grupo de 200 peregrinos españoles (me alegró mucho ver la cantidad enorme de peregrinos que venían por primera vez).
Mi querida amiga Kristina me invitó y yo súper contenta de asistir. Eran las 9:30 de la mañana y estaba cayendo un gran tormentón (lluvia fuertísima), pero así me fui feliz al salón San Juan Pablo II donde harían la misa. Llegué temprano y escogí el mejor lugar para sentarme ya que quería estar enfrente del sacerdote. Luego empezaron a llegar todos los peregrinos, eran muchísimos y todos llegaron con sus capas empapados de tanta lluvia.
A las 10:00 am comenzó la misa, y desde que le vi el rostro al sacerdote que iba a oficiar, pensé: ¡La Virgen ya empezó Su trabajo!. No puedo explicarles la mirada que tenía y cómo observaba cada detalle de ese salón, cuando cerraba los ojos se notaba que estaba contemplando el Cielo.
Y luego respiró profundamente, con un nudo en la garganta muy tocado de estar en este Santo lugar y de haber sido invitado por la misma Virgen María, comenzó a hablar. Definitivamente estaba tocado por el Espíritu Santo.
¿Qué es ser peregrino? preguntó. Luego dijo: Un peregrino es una persona que se empapa del camino que va haciendo y es capaz de afrontar todo el camino porque tiene un sentido; y el sentido es la META, hay momentos alegres, momentos difíciles, momentos tristes y todos apuntan hacia una meta y la meta es EL CIELO.
Como San José y María que tuvieron que pasar un camino duro de despojo para preparar la venida de Jesús. Pero cómo nos cuesta a nosotros aceptar el despojo como el camino para llegar a Dios, cuando en realidad el camino del despojo es el camino de la libertad y el camino de la alegría. En esto María es la maestra por excelencia, en todos los momentos de Su vida tuvo la mirada creativa y alegre en la pobreza.
Estamos en el período de preparación para la Navidad y eso implica hacer un TRABAJO DE DESPOJO, quitarnos una cantidad de cosas a las que estamos esclavizados y hay que hacerlo con alegría porque sabemos que esto nos llevará al encuentro del Señor.
Así que ahora que estamos de peregrinación en el mundo, trabajemos en el despojo para recibir con alegría el abrazo del encuentro con María y que Ella nos muestre el camino hacia Jesús para poder decir después de nuestra peregrinación: ¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!.
Me encantó!!
Les seguiré contando…
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