En unos de estos días de adviento en la misa del programa de la Parroquia, el sacerdote nos comentaba que en este período de preparación, Jesús llama a la puerta de nuestras personas queridas a través de nosotros. Nos explicaba que es una tarea difícil y dura pero que es una TAREA SAGRADA. Siempre tenemos familiares o amigos que están lejos de Dios y que no han sentido todavía el amor de Dios en sus corazones -como dice la Virgen en Medjugorje- pero Dios nos da a nosotros esa tarea, y quiere que seamos pacientes, amorosos y optimistas realizándola. No hay personas irreparables, todos merecen tener una oportunidad. Jesús lo hizo con María Magdalena, con sus apóstoles y con tantos que se acercaban a Él. Todos los que obtuvieron Misericordia respondieron con humildad a la llamada del Señor. Así que en este periodo de Adviento, nosotros que somos los que vamos a misa y tratamos de seguir los mandamientos de Dios, debemos de cuidar de no ser como los fariseos, vivamos de acuerdo con lo que creemos, no rompamos relaciones con los que no piensan como nosotros, trabajemos en la misericordia y roguemos al Señor que todos tengan la posibilidad de conocerlo y cambiar sus vidas.
Les seguiré contando…
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